Dame un buen día, Señor Dios eterno, este nuevo día lo entrego a ti, en tus manos vivimos bajo tu cuidado, bajo la cobertura de tu amor, de tu protección y tu dirección.
Dame un buen día, Señor. Quiero serte fiel no solo con mis acciones y actitudes sino aún en mis pensamientos, que sean agradables delante de ti.
Pon en ellos tu sabiduría para que los buenos pensamientos dominen mi mente y mi actuar.
En este día te pido que tus promesas de amor den a mi vida gran bendición, que pueda meditar en ellas, que mi vida sea un reflejo de tu luz en mí.
Gracias por todo lo que me das, por el trabajo y la energía, por la salud y la familia, por estar conmigo desde que me levanto y permaneces a mi lado siempre.
Si hay en mí pecado o falsedad te ruego que me limpies y me ayudes a mantenerme en felicidad espiritual, en armonía con tu Espíritu Santo.
Todo te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén.
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Una linda vista de nuestra ciudad capital San Salvador,
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